Abrir la libreta y escribir la fecha en la parte alta de nuestra hoja es casi una acción que realizamos todos los días alumnos de un colegio, de una facultad, de un instituto, del IES Virgen de Las Nieves sin ir más lejos. Es lo que escribimos debajo lo que determina la asignatura, por lo tanto si escribimos sobre Pitágoras, algo nos dice que estamos en clase de matemáticas, pero mis compañeros y yo escribimos “Partes de un Barco de Vela” y así fue como nos iniciamos en el mundo de la navegación.
Para los alumnos de AAFD (Animación y Actividades Físicas y Deportivas) no existe la monotonía ni la rutina, pues estamos en un continuo aprendizaje de nuevos deportes como el tenis o el rugby, investigando y aprendiendo deportes canarios “a regatón muerto” con una lanza, primeros auxilios como socorristas y monitores deportivos, ejercemos de animadores en actividades con institutos y colegios, trabajando y aprendiendo con personas discapacitadas. Un curriculum extenso para dos años de estudio. Y nuestra última conquista deportiva: La Vela.
Todo comenzó en una libreta: Las horas de teoría son necesarias para este deporte, que sin dudarlo es uno de los más apasionantes y atractivos que hemos realizado y animamos a probar.
Julio Ruiz, nuestro profesor de ATD (Deportes náutico- recreativos), ya nos decía la importancia de atender a sus clases teóricas con el fin de que la puesta en práctica fuera lo más reveladora posible – y lo fue- .
-Desde popa se miran los lados del barco (babor y estribor), patrón a barlovento, cuidado con la botavara. – reitera Julio hasta la fecha.
Como dicen los marineros: “nos echa un cabo” con eso.
Semanas después conocimos a Francisco Díaz (Pacuco)y María Jiménez , Instructores de la “ Escuela de Deportes Náuticos de La Palma, quienes fueron las personas que nos instruyeron en nuestro bautizo como navegantes. No hay palabras para definir la sensación que se vive encima de un barco en el que el motor es el viento y quien lo controla son los tripulantes, los cuales deben ejercer una tarea diferente para que este avance y no trabuque (vuelque). Hemos vivido en tan poco tiempo tantas anécdotas sobre el barco que parecemos marineros, ya hablamos con jerga del mar, apuntamos la fecha en la libreta junto con los nudos de viento y solo podemos decir que nuestras clases van: “Viento en popa y a toda vela”
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